El caso
El domingo, por las distintas redes sociales, comenzó a difundirse un video donde aparecía un menor empuñando dos armas de fuego y realizando dos disparos con una de ellas. Las imágenes, según trascendió en la audiencia de ayer, habrían sido filmadas por su padre -un hombre que llegó a tener varios procesos penales abiertos en su contra- en la vereda de un humilde barrio de Villa 9 de Julio. El objetivo de la filmación, según establecieron los investigadores, era enviarle un mensaje a una familia de la zona que mantiene una vieja disputa con los padres del adolescente. En Tribunales hay varias causas por los enfrentamientos entre ambos grupos.
Vulnerable
“Observamos que en su valoración de la situación, el niño naturaliza el riesgo permanente al que está expuesto”, explica el informe al que tuvo acceso LA GACETA. “Relata diferentes episodios de vulneración constantes, sin comprender la magnitud o la gravedad para su propio desarrollo”, se agregó. Por último, los especialistas señalaron que su entorno familiar tienen “dificultades económicas, habitacionales y simbólicas para garantizar el cuidado integral del niño”. Durante la audiencia, el padre del adolescente reconoció que se habían mudado del barrio Manantial Sur por los problemas que habían tenido con una familia que “son transas y que los persiguen por todos lados”.
Un informe
“Se toma contacto con los vecinos de la zona quienes manifiestan que se trataría de una familia que se dedicaría a delinquir. Sobre el adolescente señalan que estaría robando a choferes de taxi junto a un grupo de la zona”, se pudo leer en el informe que elaboraron el lunes los operadores de calle de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf). Los especialistas también sostienen que en el CAPS la familia es conocida como conflictiva y que reconocieron al menor por las imágenes que se viralizaron. En la seccional 10ª, en tanto, el oficial de turno les explicó que no había ninguna decisión judicial en contra de “Pequeño”. Recomendaron que se realice de manera inmediata una denuncia en la Justicia.
Desnutrición
En medio de las hojas que integran el expediente del caso surge un dato: “presenta signos de posibles patologías físicas o emocionales ligadas a la deglución y antecedentes traumáticos (actualmente se encuentra recibiendo tratamiento psicológico en el CAPS de Villa 9 de Julio)”. Esos términos técnicos normalmente son utilizados para describir una dura realidad: “Pequeño” tiene un cuadro de desnutrición. El padre reconoció que en su casa se vive con lo justo y que, por la pelea que mantiene con la familia Ortiz, muchas veces quedaron sólo con las ojotas.
La familia
Los profesionales que los entrevistaron dijeron que la familia de “Pequeño” era “disfuncional con roles maternos y paternos debilitados, con antecedentes de conflictos intravecinales con altísimo nivel de riesgo para todos sus integrantes”. También la definieron como una “familia entrampada en un discurso ligado a conflictos con la ley penal, lo que identifica al niño en múltiples roles ligados a la problemática”. Por último, destacaron: “en este contexto evaluamos que los padres no pueden responder a las demandas o cuidado del niño, sin que ello no implique acompañamiento y trabajo familiar sistemático y contenido”.
Ambulante
“Pequeño” dejó la escuela cuando tenía 10 años. Durante la mañana, según informó su padre, se dedica a la venta callejera de escobas y bolsas de residuos por los diferentes barrios de Villa 9 de Julio. “Salimos muy temprano y recorremos las calles para poder subsistir. También vendemos pan casero y sándwiches en diferentes puntos de la ciudad. Es lo único que hacemos”, explicó. El hombre, de 60 años, se mostró molesto porque ni él ni su familia recibieron ayuda del Estado durante todo este tiempo. “Nadie nos colaboró cuando nos quedamos en la calle porque los otros nos quemaron tres casas. Tres veces nos dejaron en la calle y ahora vivimos en casas prestadas”, declaró en la audiencia.